La comida callejera en Cuba es parte fundamental de nuestra cultura e idiosincrasia. Tanto es así que los vendedores ambulantes son singulares personajes del folclore citadino y los carritos de frituras o granizados son elementos innegables del paisaje urbano.
Pero toparse con aquellas comidas o dulces que te encontrabas mientras esperabas una guagua, cuando salías de la escuela o cuando te sentabas en el Malecón es cosa del pasado. Hoy rememoramos 8 comidas callejeras que están casi en peligro de extinción en las calles de Cuba.
Índice de contenido
8 comidas callejeras en Cuba que ya casi no se ven
1. Raspadura
¿Recuerdas aquel dulce en forma de pirámide, duro como una piedra y empalagoso como ninguna otra cosa en el mundo, que costaba 5 pesos cubanos y que le dabas una mordida y dejaba la marca de los dientes en ella? ¡La raspadura, ese dulce callejero que nos hace evocar nuestro pasado de tiempos escolares! Las podías encontrar en cualquier vendedor ambulante o en la cafetería de la esquina de tu casa.
La raspadura es un dulce que se hace con el jugo de la caña (lo que aquí llamamos el “guarapo”) y su elaboración es tan antigua que se remonta a los tiempos de los primeros ingenios azucareros en Cuba, por allá por el siglo XVI y XVII.
Si nunca la probaste, tenemos malas noticias, pues por mucho que recorras La Habana no vas a encontrar una amelcochada raspadura. Sin duda, es una de las comidas callejeras que más está en peligro de extinción, al menos en La Habana (dicen que por allá por Villa Clara todavía es posible encontrar algún ejemplar de este dulce casi extinto).
2. Pirulí
¡Quién no se acuerda del pirulí! Ese caramelo en forma de cono, con un palito y que iba forrado con un papelito blanco. De que el pirulí fue un dulce típico de nuestra infancia no tiene duda nadie. Pero ¿sabías que, de hecho, este es un “invento cubano”?
Su padre fue el ocurrente y emprendedor (en el sentido más moderno del término) José Arechavala, un vasco que vino a Cuba en busca de fortuna. Y como parece que esta isla desarrolla el “poder del invento”, a dicho señor se le ocurrió utilizar los residuos dulces de su destilería de caña de azúcar. ¿Qué hizo? Nada más y nada menos que poner el caramelo caliente y líquido en conitos de papel y luego añadirle un palito.
¡Así surgió el pirulí, un dulce que, en su época de gloria, nos alegró el paladar al salir de la escuela! Y es que el pirulí tenía hasta un pregón: “Pirulí de La Habana, el que no lo compra, no lo jama”. ¿Qué pasó con este codiciado caramelo? Creemos que fue suplantado por el Chupa Chups.
3. Granizado
Imagina ir caminando por las calles de Cuba, bajo el intenso sol de esta isla, y divisar a lo lejos un carrito con coloridas botellas de granizado… ¡la vida misma para mitigar el calor! Sin duda, es una de las comidas callejeras en Cuba más apetecidas durante este eterno verano.
Con solo una tapita de refresco se llena un vasito plástico con pedacitos de hielo. Bueno… si te encontrabas con un carrito de granizado “glamuroso” te tocaba un vasito, pero si no, tenías que tomarte tu granizado en un papel blanco o en un cucurucho de cartón. En este caso, tenías que beber el granizado rápido antes de que se desvaneciera el envase.
¡Sea como sea, el granizado se disfrutaba igual! Antes costaban un peso cubano, ahora, cuando lo encuentras, te puede costar hasta 5 pesos cubanos.
4. Teticos de caramelo
Es una suerte que en nuestra infancia no hayamos perdido los dientes con tantos dulces duros. La raspadura tiene lo suyo, pero los teticos de caramelo no se quedan atrás. ¡Cómo no recordar esos pequeños dulces callejeros que se hacían de azúcar derretida o caramelo, y se echaban en unos moldes en forma de tete!
¡Qué ricos eran los teticos! Sí, digo eran, porque hace tiempo que eso no se ve en las calles, ni en las afueras de las escuelas, ni en las ventanas de las casas convertidas en cafeterías improvisadas…
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5. Cucurucho de maní
Cualquier recuerdo de comidas callejeras en Cuba no está completo sin mencionar a los maniseros y sus cucuruchos de maní. Tanta es la fama de los cucuruchos de maní en Cuba que hasta fueron musa de Moisés Simons para que compusiera el mejor son-pregón de todos los tiempos: El Manisero.
En cualquier parte de Cuba te podías encontrar a un vendedor ambulante de maní, ese caminante de andar agónico vociferando el tan popular pregón: “Maní, manisero se va…”. Y ahí estamos nosotros, que rápido vamos a su encuentro y le pedimos 1, 2 o 3 cartuchitos de maní.
Aún los semblantes serenos de los maniseros los puedes encontrar mientras esperas una guagua, o en la cola del cine, o al salir de la escuela, y esperemos que no llegue a extinguirse porque, sin duda, el manisero y sus cucuruchos son legítimos representantes de nuestro folclor.
6. Caramelo de a peso
Otra de las comidas callejeras en Cuba más famosas eran los caramelos de a peso, esos sí que están extinguidos hace tiempo ya. La misma estampa de los vendedores ambulantes de maní era la de los vendedores de caramelos. ¡Parada de guagua que se respetara tenía al menos un vendedor de caramelo de a peso!
Se acuerdan, ¿verdad?, de esos caramelos de forma alargada y cilíndrica que costaban solo 1 peso cubano y que podían tener variedad de sabores. Recuerdo, particularmente, los de sabor a menta. De estos caramelos se decía, a modo de broma, que estaban hechos de pasta dental por el fuerte sabor mentolado que tenían. ¡Dulces recuerdos de nuestra juventud!
7. Chicharrón de viento
¿Y qué me dicen de los chicharrones de viento? No son el chicharrón de todas las fiestas de Fin de Año con su masita y su grasita, los chicharrones de viento son más secos y no tienen masa. Para quienes no los conozcan, digamos que es una versión low cost de los Pellys (por cierto, también en peligro de extinción en Cuba).
En el paradero de Playa no faltaban los vendedores ambulantes de chicharrones. Eran fácilmente identificables pues andaban con sus sacos llenos de bolsitas de chicharrones, bolsitas que costaban antiguamente cinco pesos cubanos.
8. Merenguitos
Otra de las comidas callejeras en Cuba que se solía ver con bastante frecuencia en las calles eran los merenguitos. Se trata de esos dulces blanquitos como un coco que nos encantaban.
Si has escuchado la frase cubana “durará lo que dura un merengue en la puerta de un colegio”, no tendrás la menor duda de lo populares y ricos que eran estos dulces caseros cubanos. Hoy en día son más comunes en las dulcerías particulares. Y, además, han cambiado su tamaño, ahora más que merenguitos son merengones, no aptos para diabéticos.
Palabras finales
¡Nos asaltan los recuerdos y se nos hace la boca agua con cada una de estas comidas callejeras en Cuba que fueron tan populares! Hoy de ellas solo nos queda el alegre recuerdo y la incertidumbre de si algún día las volveremos a ver en las calles de esta isla. ¿Tú qué crees? ¿Cuál era tu favorita?
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