Oriente de Cuba entra en “fase recuperativa” tras el paso del huracán Oscar

La “fase recuperativa” ha sido declarada ya para la zona oriental de Cuba, tras el paso del huracán Oscar el domingo 20 de octubre. 

A pesar de que el fenómeno meteorológico entró a la Isla como un huracán categoría 1 y se debilitó hasta convertirse en tormenta tropical, su lenta velocidad de traslación y las lluvias asociadas crearon un caos. 

Tras una rápida visita por las localidades más afectadas, Miguel Díaz-Canel aseguró que las provincias de Guantánamo y Holguín pasan a esta nueva etapa, y que se trabaja en el envío de ayuda a localidades como Imías y San Antonio, las cuales figuran entre las más afectadas. 

Por su parte, Yoel Pérez García, jefe del Consejo de Defensa Provincial de Guantánamo, reveló que se trabaja en la pronta recuperación de estas zonas del territorio, pero que está siendo una labor ardua debido al mal estado de los caminos. 

Así mismo, se han habilitado rutas alternativas para poder trasladar hasta la zona agua y comida perecedera para los damnificados.  

Durante la visita de Díaz-Canel a Guantánamo, una madre encaró al presidente asegurándole que llevaba días sin que ella y sus hijos tomaran agua, además de tener a un enfermo postrado en una cama en las mismas condiciones. 

En redes sociales también circula un video en el que se escucha a un padre decirle al gobernante que “lo abandonaron” y que les mintieron. “Nos dejaron solos con 29 niños, nadie llegó a ayudarnos. Casi nos ahogamos”, se escucha decir al señor con la voz cortada por la emoción de lo vivido. 

Hasta el momento se reportan siete víctimas mortales y varios desaparecidos debido a las inundaciones en áreas de difícil acceso. Las pérdidas materiales también son considerables y se reporta la pérdida total de cultivos como el café, el cacao y el tomate. 

Las imágenes que ha dejado a su paso Oscar hablan de dolor y pérdida, de una población que sobrevive en casas mal fabricadas y con lo mínimo indispensable para vivir. 

Esta zona del país es precisamente de las más humildes de toda la Isla, donde las comunidades son pequeñas y distantes una de las otras. Sus pobladores no tienen acceso a grandes servicios y se vive con lo mínimo. 

En medio de la tristeza y la desesperación, el pueblo se ha unido en su dolor y han creado campañas para ayudar con alimento, ropa, comida y dinero a quienes lo perdieron todo.