Los pregones cubanos son una manifestación cultural que ha marcado la vida cotidiana en la isla. Desde sus orígenes en la época colonial hasta su presencia actual, los pregones reflejan la creatividad y la musicalidad del pueblo cubano.
El escritor Miguel Barnet define los pregones como «voces o gritos que, expresándose de formas y estilos muy diversos, sirven para anunciar una mercancía o una habilidad manual».
Esta descripción resalta la creatividad y la improvisación que caracterizan a los pregoneros.
Índice de contenido
Historia de los pregones cubanos
Los pregones llegaron a Cuba con los colonizadores españoles en el siglo XVI. El primer pregón registrado en la isla data de 1523 en Santiago de Cuba, anunciando la destitución de Diego Velázquez como Gobernador.
Estos anuncios públicos, originalmente oficiales, evolucionaron para incluir pregones comerciales, especialmente durante la venta de esclavos.
Los estudiosos afirman que los pregones tienen su origen en la Edad Media, derivados de la voz latina praeconium, que significa proclama pública.
En España, el pregón se vinculaba a la comunicación oral destinada a un colectivo. Con la llegada de los españoles a Cuba, esta práctica se adaptó a las necesidades locales.
Durante la época colonial, los pregones se utilizaban tanto para anunciar decretos oficiales como para la venta de mercancías.
Un ejemplo notable es el pregón en Santiago de Cuba en 1523, que anunció la destitución de Diego Velázquez.
La necesidad de atraer la atención pública llevó a los pregoneros a usar trompetas y otros métodos sonoros.
Pregones comerciales
Con el tiempo, el pregón comercial se consolidó, y los vendedores ambulantes comenzaron a utilizar textos melódicos para atraer la atención de los posibles compradores.
Miguel Barnet, etnólogo cubano, destaca que los pregones son una parte esencial de la tradición cubana, expresando la riqueza poética y musical del pueblo.
Durante la época colonial, pregoneros podían ser esclavos, libertos o pequeños comerciantes, representando la diversidad étnica de la isla.
En 1968, la Revolución Cubana eliminó los pequeños negocios, silenciando temporalmente los pregones. Sin embargo, la legalización del trabajo por cuenta propia en los últimos años ha permitido el resurgimiento de los pregoneros.
Hoy en día, es común escuchar a vendedores ambulantes anunciando sus productos desde tempranas horas de la mañana hasta la noche.
Los pregones modernos abarcan una variedad de productos, desde pan y frutas hasta artículos reciclables. Aunque algunos carecen de la musicalidad tradicional, otros siguen la tradición de melodías pegajosas y creativas.
La tecnología ha influido en la forma en que se realizan los pregones hoy en día. Algunos vendedores utilizan grabaciones de sus anuncios para proteger sus voces y atraer a más clientes. Estos pregones grabados, aunque prácticos, a menudo carecen del encanto y la personalización de los pregones tradicionales.
Canciones inspiradas en pregones
El pregón es una expresión entrañable de la cultura popular cubana, habitando en la oralidad y reflejando la picaresca y alegría del pueblo.
Los pregoneros, con sus frases pegajosas y melodías, han enamorado a músicos que las han utilizado para componer importantes piezas del son, la guaracha y otros ritmos.
Compositores como Moisés Simons, Ernesto Lecuona y Félix B. Caignet encontraron en los pregones una fuente de creatividad.
El Manisero de Moisés Simons, popularizado por Rita Montaner.
Frutas del Caney de Félix B. Caignet.
El Dulcero de Ernesto Lecuona.
Estos pregones-musicales trascendieron fronteras y se convirtieron en clásicos universales. La canción «El Manisero» se convirtió en uno de los temas más interpretados a nivel mundial, llevando el sonido del pregón cubano a audiencias internacionales.
Ejemplos modernos de pregones cubanos
En la actualidad, los pregones son una parte integral de la vida en ciudades como La Habana y Santiago de Cuba. En las ferias agroindustriales y las calles, los pregoneros utilizan una variedad de estrategias para atraer a los compradores.
Desde el vendedor de pan que anuncia «pan, hay pan, pan suave, pan especial» hasta el frutero que ofrece «yuca buena, fongo, calabaza bien amarilla», los pregones continúan siendo una expresión viva de la cultura cubana.
Bertha la Pregonera
Bertha Lidia Hechavarría Heredia, conocida como Bertha la pregonera, fue una figura icónica en Santiago de Cuba. Combinaba su vestuario colorido con pregones creativos para vender sus productos.
Su legado muestra la importancia del pregón en la identidad cultural cubana. Bertha era famosa por su canto y su vestimenta colorida, que atraía a los clientes y mantenía viva la tradición de los pregoneros.
En las calles Enramadas y Aguilera de Santiago de Cuba, así como en el parque Céspedes y las Plazas de Marte y Dolores, se nota la ausencia de Bertha Lidia Hechavarría Heredia. Conocida como Bertha la pregonera, sus melodías llegaban al oído y al corazón de los transeúntes.
Ofrecía esencias afrodisiacas, brebajes curativos y frutas del Caney, ganando el Premio del Barrio por sus particulares pregones. Con sus atuendos de épocas lejanas y una cesta en la cabeza, Bertha recorría Enramadas arriba y abajo, haciendo honor a la cultura popular cubana.
Numerosas personas fueron sanadas con su típica Parapipigalonea, preparada con 36 raíces, cáscaras de varios palos y hojas de algunas plantas. Esta simpática mujer, con coloridos trajes, collares y su mercancía en la cabeza, fue una de las más fotografiadas por los visitantes.
A sus 86 años, Bertha conservaba una envidiable fortaleza. Cuando falleció, la ciudad lloró su pérdida y la enterraron en su natal El Caney, acompañada por el pueblo que la amó por sus ocurrentes pregones.
Conclusión
Los pregones cubanos son mucho más que simples anuncios comerciales; son una expresión cultural que ha evolucionado a lo largo de los siglos, adaptándose a los cambios económicos y tecnológicos.
Desde los pregones históricos hasta los modernos, esta práctica refleja la creatividad, la musicalidad y la resiliencia del pueblo cubano. La tradición del pregón continúa viva, enriqueciéndose con cada generación y adaptándose a los nuevos tiempos sin perder su esencia.
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