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El fin de «Vivir del Cuento»: ¿Por qué terminó el programa?

Tras 16 años siendo el programa más icónico de la televisión cubana, el programa “Vivir del Cuento” ha llegado a su fin, dejando a millones de cubanos tanto dentro como fuera de la isla con una mezcla de tristeza e indignación.

Según las declaraciones oficiales, la cancelación se debe a la falta de recursos para continuar con la producción del programa.

Sin embargo, muchos cubanos no están convencidos de esta justificación. ¿Cómo es posible que programas propagandísticos como “La Mesa Redonda” o “Con Filo” se mantengan en la parrilla mientras que un espacio tan amado como el programa “Vivir del Cuento” desaparece?

Para el público, este espacio no solo era una fuente de humor, sino una manera única de reflejar, con crítica e ingenio, las dificultades que enfrentan a diario.

Controversia en redes sociales

El final del programa ha desatado una oleada de críticas en redes sociales. Usuarios como Abe comentaron: “Que falta hace que se acaben los recursos también para los programas Con Filo, Hacemos Cuba, Mesa Redonda, La Pupila Asombrada, etc.”.

Mientras tanto, Ernesto expresó: “Se va lo mejor de la TV. Deberían cancelar todo y dejar el dinero para ese, es lo único que sirve”.

Las quejas no solo son sobre el contenido humorístico que se pierde, sino también sobre lo que esta decisión simboliza. El programa “Vivir del Cuento” se había convertido en un espacio único de sátira y crítica social, algo escaso en la televisión cubana actual.

Su desaparición representa para muchos otra derrota en la lucha por un entretenimiento auténtico y de calidad.

Omar Franco (Ruperto) rompe el silencio

En una entrevista reciente, Omar Franco compartió sus sentimientos sobre el final del programa “Vivir del Cuento”. Según el actor: «Es duro, porque muchos dependían de ese sustento. De momento, parece que no se va a retomar, y es verdad que ahora con la salida de Chacón también es otro problema. Son columnas de una estructura que se van cayendo. A mí me hubiera gustado que el programa siguiera, no solo por el gusto del público, sino porque hay todo un equipo detrás que vivía de ese programa».

Omar Franco también destacó lo especial que fue para él interpretar a Ruperto, un personaje que se ganó el cariño del público desde su primera aparición: «Una de las mejores cosas que me sucedieron en mi carrera fue que me invitaran al programa. Traté de dejar lo mejor de mí. Ruperto dio mucho para generar conflictos, y al final, eso es lo mejor que puede pasar en una comedia de situación».

Franco, además, reflexionó sobre los desafíos que enfrentó el programa en sus últimos años. Desde las restricciones temáticas hasta los rumores de presiones políticas, el programa tuvo que navegar por aguas difíciles.

Según él, el arte en Cuba enfrenta un gran desafío: «Después del 11 de julio, la realidad en Cuba superó a la ficción. Ese evento marcó un antes y un después… había un límite claro sobre lo que podía tocarse en el humor político».

El vacío que deja el programa “Vivir del Cuento”

Más allá de las risas, el programa “Vivir del Cuento” logró algo que pocos espacios en la televisión cubana han conseguido: reflejar la realidad del cubano promedio con ingenio, sutileza y humanidad.

La crítica al sistema estaba presente, pero de una forma que lograba burlar las restricciones impuestas por los censores. El programa no solo conectaba con los cubanos en la isla, sino también con los que residen en el exterior, gracias a la difusión en redes sociales e internet.

Sin embargo, como señaló Omar Franco, el humor cambia en el exilio: «Aquí, fuera de Cuba, el humor tiene otros códigos. Pero en la isla, los escritores supieron manejar temas delicados con ingenio». Ahora, con su cancelación, no solo se pierde un programa de entretenimiento.

Se pierde un espacio que permitió al pueblo cubano verse reflejado y reírse, aunque fuera por un momento, de las adversidades que enfrenta.

Conclusión

El fin del programa “Vivir del Cuento” deja una vara muy alta para los programas que vengan. Según Omar Franco, la profesionalidad y el engranaje del equipo de producción hicieron de este programa una joya difícil de igualar.

Pero con su ausencia, muchos se preguntan: ¿hay espacio para el humor crítico en la televisión cubana actual? Por ahora, lo único seguro es que los cubanos, dentro y fuera de la isla, seguirán recordando con cariño a Pánfilo, Chequera, Facundo, Ruperto y el resto de los personajes que marcaron una era.

«Es una pena que haya terminado. Muchas personas quedaron sin trabajo, y como en todos los regímenes totalitarios, ellos deciden cuándo poner y cuándo quitar», concluyó Omar Franco.

4.2/5 (5 Reviews)

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